Con 1.314 novedosas muertes, México batió este martes su récord de defunciones en el informe períodico sobre covid-19 desde el momento en que empezó la pandemia.
El país está tolerando con extrema dureza la “segunda ola” de coronavirus, que deja ahora un cómputo de sobra de 1.556.000 contagios y 135.682 fallecidos en conjunto.
Y el caos se está reflejando desde finales del año pasado en varios de los centros de salud del país, seriamente compromiso de verse desbordados o bien que, de manera directa, por el momento no tienen la posibilidad de recibir pacientes.
La crisis es fundamentalmente grave en Localidad de México, donde solo el 12% total de camas para enfermos de covid-19 está ahora utilizable. Eso solamente piensa unas 700 camas de hospitalización general y 225 con aptitud de intubación para una megaurbe de miles de individuos.
La ciudad más importante aumentó en un 38% su aptitud hospitalaria en el último mes y, del mismo modo que Estado de México, continúa desde mediados de diciembre en semáforo rojo, lo que solo deja la apertura de negocios fundamentales para intentar limitar la movilidad y achicar contagios.
Mas ello no permitió evadir desoladoras imágenes estas semanas: pacientes que merodean de un hospital a otro esperando de ser atendidos o bien personas que hacen largas filas para completar tanques de oxígeno para sus familiares enfermos en el hogar.

David Reséndiz, un joven de 31 años de Localidad de México, es una de tantas personas que padeció a lo largo de días un auténtico suplicio peregrinando por centros médicos hasta localizar una cama para su madre.
María de Lourdes Magaña, de 59 años, se contagió de covid-19 una vez que nuestro David enfermara. Aún con graves consecuencias, el joven compartió con BBC Planeta la desesperación y frustración que vivió mientras que procuraba asistencia para socorrer la vida de su madre, quien prosigue en estado grave.
empecé a sentirme mal la última semana de noviembre, con algo de mal de cuerpo. Mas creí que sería la gripa estacional que siempre me da a fin de año.
Al otro día en el momento en que me lavé los dientes, aprecié que no tenía olfato ni gusto. Ahí fue en el momento en que ahora me preocupé. Ese día me hice la prueba PCR y di positivo.
A mi hija de 8 años la mandamos a casa de su abuela y me quedé en la vivienda solo con mi mamá, que fue quien prácticamente me estuvo cuidando.
me dejaba la comida y los fármacos en la entrada del cuarto. Mas, en las tres semanas que estuve enfermo, me compliqué. Me dio una pulmonía tremenda.
En el momento en que por el momento no podía pararme de la cama, prácticamente entró. Con todas y cada una de las cuestiones de inseguridad: guantes, careta, cubrebocas mas, lamentablemente, la contagié.

Me mandaron una terapia pulmonar de estar pegado de 12 a 15 horas cotidianas a un concentrador de oxígeno que me bombea 5,5 litros por minuto, a lo largo de tres meses.
Adquirimos ese concentrador, que es como una caja que se conecta a la luz, por medio de un conjunto de Fb porque en los centros donde vendían oxígeno se encontraba fatigado. Nos costó 70.000 pesos (unos US$3.500) en el momento en que frecuenta valer 23.000.
estuve tres ocasiones a puntito de ir al hospital. Más que nada hubo una que sentí que me iba a fallecer porque no podía respirar. Mas, oportunamente, pasó.
Mi mamá, en cambio, comenzó a agravarse con el pasar de los días hasta el momento en que el 29 de diciembre ahora prácticamente no se levantó de la cama. No saturaba más de 63 de su oxigenación (un nivel saludable de saturación de oxígeno en sangre fluctúa entre 95 y 100) y su ritmo cardiaco se encontraba altísimo.
Días de búsqueda
ahora se encontraba muy alarmado. Empezamos a buscar centros de salud en Localidad de México, mas todos estaban sobresaturados.
En unos 50 centros de salud nos afirmaron que no había sitio. A ciertos llamábamos, a otros íbamos presencialmente , mi hermana, otros familiares o bien amigos. Todos nos afirmaban que estaban llenos.

Puse llamados en comunidades. Comenzamos a llamar a centros de salud de estados alrededor: a Puebla, a Toluca, a Pachuca, a Morelos. Charlamos inclusive con centros de salud en Córdoba, Veracruz, y allí nos hallaron un espacio.
Reuní con mis familiares todo el dinero primordial para su traslado hasta allí en ambulancia. En el momento en que charlé al hospital media hora después, me afirmaron que la cama ahora se había ocupado.
sentía una frustración tremenda. Ver a mi mamá en una situación tan crítica y no poder localizar hospital
Y no tenía que ver con dinero. Es que ni con todo el dinero de todo el mundo podían atender a mi mamá. Era que, sencillamente, los centros de salud no tenían sitio.
asimismo tenía un doble desgaste físico, porque en esos cinco días que mi mamá estuvo en la cama le debí dejar el concentrador de oxígeno. Con lo que me fatigaba el doble, porque precisaba oxigenación, mas no le podía suprimir el respirador a mi mamá.
deseaba vocear, deseaba no sé deseaba ofrecerle respiración boca a boca en el momento en que veía que no podía respirar ni con el concentrador. Era horrible.
Tres centros de salud en un día
El 3 de enero me afirmaron en una clínica que tenían sitio para mi mamá. Solicité una ambulancia de traslado planificado, una ambulancia habitual. no sabía que mi mamá ahora precisaba una terapia intensiva o bien una terapia media.
En el momento en que llegamos, me afirmaron que no la podían recibir porque no venía en una ambulancia con la que tienen convenio. le dije que si era por el dinero, pagaba la ambulancia con la que trabajaban.
Mas no la han recibido y debimos regresar a casa.

El 4 de enero podemos encontrar sitio en un hospital privado y la movemos en ambulancia. Estuvo en el área de covid de 9:00 a 17:00.
El médico me ha dicho entonces que precisaba ser intubada, mas que no tenían el respirador primordial porque estaban sobresaturados y que debía buscar otro hospital.
En el teléfono 911 nos afirmaron exactamente en qué otro hospital había el respirador que precisábamos. Volvimos a llevarla en ambulancia mas, al llegar, por el momento no tenían sitio.
Por último la han recibido en un hospital público. Todo fue en exactamente el mismo 4 de enero.
Por ese día que la tuvieron en el privado me cobraron 300.000 pesos (unos US$15.150). Sumando los tres traslados en ambulancia, fueron 370.000.
Entre la vida y la desaparición
En el hospital la intubaron y allí prosigue. Los partes médicos nos los dan en 15 o bien 20 segundos, en los que te dicen su nivel de oxigenación, ritmo cardiaco y temperatura. Tampoco te dejan verla.
Más de siete días después, prosigue con pronóstico guardado y muy frágil de salud. Está sedada y con respirador puesto.
No entendemos qué tan dañados tienen la posibilidad de estar sus pulmones. Hemos conocido de personas que estuvieron conectadas tres semanas y se levantan tal y como si nada, y ahí dan guerra. Ojalá ese sea la situacion de mi mamá.
Asimismo hemos conocido, desgraciadamente, de personas que quedan con un daño cerebral, en el corazón o bien otros órganos por la carencia de oxigenación, y que han de estar pegados a un tanque de oxígeno. Esperemos que no sea la situacion.
Mas mientras que el pronóstico continúe siendo guardado, no entendemos todavía el estado de salud en el que logre despertar si lúcida.
Los médicos no desechan lo malo. Ayer igual nos lo afirmaron, que prosigue en esa delgada línea todavía. Se enfrentamiento entre la vida y la desaparición. Nos queda aguardar y aguardar.
Y hasta donde poseemos conocimiento, en relación un individuo muere por covid te la entregan en cenizas, no vuelves a conocer ahora a tu familiar.
Es una indecisión tremenda que no sepas verdaderamente si te tienen la posibilidad de llegar a dar las cenizas de otra persona porque allí hay mucha gente internada.
En el momento en que ingresé a mi mamá vi personas en el suelo, otras atendidas en sillas de plástico o bien camillas en las que había hasta tres pacientes porque no tienen más sitio.
Falta de conciencia
Francamente, no sé donde me pude haber contagiado. Todos en la familia tomábamos las medidas y se salía solo a la tienda, al mercado lo básico.
soy actor y salí en las escasas oportunidades en que tuve algún trabajo, que tras la cuarentena fueron pocas. Y siempre lo hacía con careta, cubrebocas
Un día antes asistí a grabar un comercial de covid, exactamente. Mas fue rapidísimo, con poca gente y sana distancia.
Mi mamá prácticamente no salía, porque siendo profesora de principal daba las clases a sus estudiantes on line.

Si me cuestiones de qué forma México llegó a este punto en los centros de salud, afirmaría que el sistema sanitario del país es muy con limite.
Mas más que nada es porque la multitud no se ha concientizado. prosigo observando en Instagram historias de gente que prosigue de celebración, en asambleas, en cosas que no son primordiales.
Eso me molesta, porque hay bastante gente peleando por subsistir, personas como mi mamá debatiéndose entre la vida y la desaparición.

Nos encontramos pasando instantes enserio durísimos, y que no tomen conciencia… me da mucha tristeza y enojo. La vida de algún humano vale más que una celebración.
A les digo que se cuiden, que traten de salir lo menos viable porque esto está muy feo.
Consecuencias
Desgraciadamente tengo muchas consecuencias. No deseo que nadie más las tenga.
Tras la pulmonía, tengo un 60-70% de daño pulmonar y llevar a cabo cosas sencillos como bañarme es un calvario porque me canso bastante. Prácticamente debo estar 20 horas cada día en la cama.
Por la carencia de oxigenación que tuve tengo un fallo cardiaco en los dos lados del corazón y me afirmaron que va a ser primordial ponerme un marcapasos.
Tengo 31 años. Soy un individuo que tengo 25 años jugando a fútbol, algo que por el momento no voy a poder regresar a llevar a cabo.
No tenía ninguna patología anterior, ni tampoco mi mamá, a la que solo en el momento en que ingresó en este momento al hospital le hallaron que es hipertensa. No lo sabíamos.
probablemente asimismo deba mudar de trabajo tras 16 años de trayectoria como actor. Mi compañía hace asimismo espectáculos de baile, de circo y va a haber cosas que por el momento no logre llevar a cabo.

No deseo perder a mi madre ni que alguien más pase por la situación que nos encontramos pasando.
Porque es obvio que ni con todo el dinero puedes adquirir la salud.
Desolación
A las autoridades les solicito que gasten la más grande proporción de elementos en sanidad pública. Pienso que se debe soliciar asistencia en todo el mundo con urgencia. Y no es solo dinero.
A algún otro país le solicito que nos mande respiradores. Hay personas que se mueren en su casa, en los centros de salud, porque no hay recursos médicos suficientes.
En conjunto, entre mi mamá y , hemos gastado unos 500.000 pesos (US$25.250) entre su ingreso en el hospital privado, ambulancias, concentrador de oxígeno y fármacos.
Desgraciadamente para muchos mexicanos que no tienen ese dinero, posiblemente terminen encontrando la desaparición.
Aquella situación que se vivió en otros países a lo largo de la primera ola ahora la vivimos en México. Y, parece ser, desgraciadamente esto va a empeorar en las próximas semanas.

Espero de todo corazón que mi mamá regrese a casa y que logre tener una vida lo más habitual viable.
tengo ahora mes y medio que no veo a mi hija de 8 años, que prosigue con su abuela. Hablo todos los días por videollamada con y con otros familiares, mas estoy solo en el hogar.
Y más que sentirme solo, me siento desértico. Es una sensación extraña en esta situación tan dura. Indudablemente deberemos tomar terapia familiar sicológica porque fueron días durísimos nos encontramos arrasados.
Esperemos que esto sea una lección para el gobierno de México y los siguientes que lleguen al país, de que la sanidad pública ha de ser una prioridad, porque esto puede regresar a pasar cualquier ocasión.
Y, más que nada, quisiera que la multitud se concientice de que en el momento en que un individuo se muere en el hospital, no puedes estar de celebración. Porque hay personas que están peleando por respirar mientras que andas regando el bicho.