Héctor López Cano es médico del Hospital Central de Formosa. Su familia vive en Corrientes y hacía desde marzo de 2020 que no la veía, de ahí que en el primer mes del año solicitó vacaciones para irse a esa provincia. Lo que le tocó vivir al regresar y que, parece ser, aún no acaba, no posee nombre y lo cuenta sin miedo más allá de las represalias que padece en esta nota de MDZ radio.
Con ocasión de su viaje, el 4 de enero López Cano se realizó el primer hisopado para lograr salir de Formosa. Dio negativo y salió. Al regresar debió regresar a llevar a cabo el testeo, ahora era 15 de enero. Volvió a ofrecer negativo. No obstante, una vez en Formosa, el 17 de enero, volvieron a solicitarle un PCR que asimismo dio negativo.
Aún de esta manera le afirmaron que debía llevar a cabo cuarentena, “a sabiendas de que soy personal de salud y que jamás tuve covid, a pesar de que atendí a personas inficionadas”. “Ahí comenzó la disputa pues solicitaba proceder a mi casa, en tanto que me correspondía el aislamiento domiciliario dadas mis condiciones”, contó el médico.
No obstante, se negaron esa solicitud y le brindaron a seleccionar entre llevar a cabo la cuarentena en “uno de esos centros de reclusión afines a los de la guerra de Camboya o pagarme un hotel”, describió el médico que optó por esta segunda oportunidad, pensando que sería un mejor panorama.
No obstante, al llegar al hospedaje se halló con una habitación que “parecía un calabozo, la ventana se encontraba cubierta por una chapa herrumbrada y si me asomaba a la puerta un policía me forzaba a entrar. Entonces allí empecé a conocer que eso era un centro de reclusión forzosa“, especificó.
Atormentado por el correr de los días en ese sitio y en la mitad de una crisis inquieta que lo forzó a tomar tranquilizantes, algo que nunca había hecho, según su narración, empezó a soliciar que lo cambiaran de hotel. “Ahí me gané la bronca de múltiples”, ha dicho López Cano quien merced a la visita del secretario nacional de DD HH tuvo “la fortuna” de salir antes de ese sitio, para finiquitar su cuarentena en el hogar.
En este momento, lo culpan de hurtarse una toalla
No obstante, la persecución de este médico no acabó allí. Precisamente a este hombre que había denunciado y se había quejado por las condiciones de aislamiento, el día después de estar en su hogar recibió a 20 policías que fueron a hacerle un allanamiento por haberse robado, en teoría, una toalla y de un control a distancia del hotel. ” creí que venían a supervisar que estuviese cumpliendo la cuarentena, pero no, venían a allanar”.
Cano contó: “Me leyeron una orden de allanamiento pero no me brindaron copia ni me dejaron llamar a mi letrado. Se llevaron una toalla que es mía, afirmaron que tenía peculiaridades afines a la que procuraban. Afortunadamente tengo como testigo a la señora que me lava la ropa y que afirma que esa toalla la lava ya hace más de un año”. No obstante, López Cano piensa que “las represalias no van a finalizar aquí”.