El parque General San Martín tiene un sinfín de rincones ocultos, de historias y leyendas. En está una auténtica joya natural de sobra de 100 años, la que sigue esconde para conservarla.
Desde la Dirección de Parques decidieron que este tesoro continúe prácticamente escondido para eludir que sea dañado por vándalos. Hablamos de un ejemplar de secuoya (su nombre científico es Sequoiadendron enorme-um), entre las especies arbóreas mucho más grande de la Tierra y medra solo en ciertos sitios de todo el mundo.
Se puede asegurar que las sequoias están en el top ten de los árboles mucho más espléndidos de todo el mundo, expresa Nat Geo. Son una clase enorme que consigue alturas de entre 50 y 80 metros y son muy longevos, llegan a vivir hasta los 3.000 años.
Este secuoya se posiciona en el bosquecillo, en entre los prados del parque San Martín. Al pararse bajo el uno se siente pequeño frente su inmensidad, su leño puede medir mucho más de 10 metros de ancho y posiblemente en su historia (llegan a vivir mucho más de mil años) alcance los 80 metros de altura.

Más allá de que estos árboles son propios en Oregón y Alta California, USA, se piensa que llegó a Mendoza a través de Carlos Thays, quien fue el arquitecto que diseñó el parque. Thays deseaba realizar un bosque de secuoyas, para lo que plantó entre 500 y 600 ejemplares. Pero, desgraciadamente por ser región yerma y por la carencia de agua no se lograron mantener estas especies, enseña el ingeniero agrónomo Guillermo Anzorena, solicitado del vivero del parque San Martín.
Este majestuoso árbol es el único ejemplar de esta clase que subsistió, es por esto que eligieron tener un precaución particular con . Procuramos no decir donde está a fin de que no lo dañen. Además de esto, dejamos este campo al natural, por poner un ejemplo se deja medrar el pasto, a fin de que haya un equilibrio ecológico, cuenta Anzorena.

El solicitado del vivero destaca en el precaución que precisa el parque, muchas personas pide que el estado se realice cargo. El estado se hace cargo, nos encargamos del precaución, cuidado y producción -y añade- poseemos en torno a 5 mil árboles para plantar, mi iniciativa es plantar considerablemente más en el parque y regresar a recobrar los bosques que se perdieron por la urgencia hídrica.
Más allá de que el cuidado del parque y de la vegetación dependen de la Secretaría de Ámbito de la provincia, Anzorena advierte sobre la necesidad de concienciar y educar a la sociedad sobre la relevancia y el papel del parque y de qué forma hay que proteger cada ámbito y los ejemplares que estén allí.
La multitud debe respetar lo que se tiene y que ha costado un siglo poseerlo, concluye el ingeniero agrónomo.