El propio Alberto Fernández facilitó la cuenta. Anoche, en cadena nacional, señaló que la semana pasada se vacunaron 723.000 personas, “cien mil por día”.
De este modo, queda a la vista que las 330.000 dosis que llegaron desde Rusia alcanzan para poco más de 3 días de vacunación. Muy poco para la demanda y para la necesidad de acelerar la vacunación, mientras se acerca indefectiblemente la segunda ola de coronavirus.
Además, de acuerdo con los dichos del Presidente, “la Argentina tiene la capacidad de vacunar cuatro millones y medio de personas por mes”. Mucho más de lo que se vacunó en los pocos días en los que hubo una aceleración del ritmo de inoculación.
“¿Estamos acelerando la cantidad de personas vacunadas por semana? Sí ¿Está resultando todo tal como esperábamos? No. Porque hay dilación global en la producción de vacunas”, señaló anoche Fernández.
El último cargamento de vacunas rusas, cuyo número final estuvo lejos de lo que se había estimado antes de que partiera el viaje, confirmaron que el panorama es complejo.
Mendoza, por ejemplo, recibió a fines de la semana pasada 17.400 dosis de Sputnik V, las cuales se agotaron en cuatro días. “No cambian nada”, dijeron cuando en la provincia cuando se conoció la noticia.
Hasta aquí, la provincia viene recibiendo el 4 por ciento del total que llega al país. O sea que ahora le tocarían menos que la otra vez: unas 13.200 dosis. Esas aplicaciones serán destinadas en su totalidad a mayores de 70 años.
Son menos de 50.000 los adultos mayores que ya se vacunaron en Mendoza y todavía no la reciben unos 60.000 mayores de 70 que se anotaron para ello. Pocos de ellos encontrarán una solución con las dosis que llegaron de Rusia.